Me encantan los fideos. Como vereis en el blog los tengo marineros, con almejas y hoy os los presento con pollo. La receta la vi en www.lacocinadelechuza.com ,una página de una paisana gallega que no os debeis perder. Tiene recetas maravillosas. La he adaptado un poco a mi gusto y ya se ha convertido en una de las fijas porque sale buenísima. Necesitaremos:
1 pechuga de pollo cortada en cuadraditos
2 jamoncitos de pollo troceados
350 gr. de fideo perla (los que tienen el agujerito en el medio)
1 cebolla
1/2 pimiento rojo
1/2 pimiento verde
1 tomate
1 diente de ajo
Perejil
Sal
Aceite
1/2 vaso de vino Alvariño
1 litro de caldo de pollo
Un poquito de azafrán, o en su defecto (como me pasó a mi) colorante.
En una tartera baja, con un fondo de aceite, doramos el pollo sazonado y con perejil picado. Reservamos.
En ese mismo aceite sofreimos la cebolla y el diente de ajo finamente picados, los dos tipos de pimiento troceados y el tomate pelado y troceado en cuadraditos pequeños. Dejamos hacer un poco, añadimos el pollo, el vino y damos un hervor para que se evapore el alcohol. Bajamos el fuego y cocinamos durante 20 minutos más o menos.
Pasado el tiempo, echamos los fideos y le damos unas vueltas durante 1 minuto aproximadamente para que se empapen del sabor del sofrito. Añadimos el caldo y el colorante. Rectificamos de sal. Cuando hierva, se baja el fuego y se deja hacer a fuego lento tapado el tiempo indicado por el fabricante de la pasta, meneando la tartera de vez en cuando. Y... ¡A disfrutar !
Hacía mucho tiempo, años quizá, que quería hacer esta receta en casa. Y siempre, por una cosa o por otra, la iba dejando pasar. Hasta hoy, que me he decidido y el resultado ha sido genial. Además he probado la mezcla de 4 quesos:emmental,curado,gouda y cheddar para gratinar la lasaña (no he echado mucho por si no me gustaba), junto con el queso en polvo que utilizo siempre. La verdad es que está muy buena esa mezcla, da un toque muy especial.
La receta es un poco laboriosa, pero si tenemos en cuenta que podemos hacer más cantidad y montar raciones individuales en bandejas de aluminio para congelar, os quitarán de algún que otro apuro. Bueno, me estoy enrollando un poco. Vamos con la receta. Necesitaremos:
250 gr. de carne picada de cerdo
250 gr. de carne picada de ternera
1 paquete de placas de lasaña Gallo (20 unidades)
1 cebolla grande
6 tomates grandes
1 diente de ajo
Perejil
Sal
Aceite de oliva
Pimienta negra en grano
Colorante alimentario
1 bolsa de espinacas frescas (300 gr)
1 litro de leche
100 gr. de harina
100 gr. de mantequilla
Nuez moscada
Pimienta negra recién molida
1 bolsa de mezcla de 4 quesos para gratinar
1 bolsa de queso rallado en polvo
En primer lugar, adobaremos la carne. Majamos en el mortero un diente de ajo, un poco de perejil y media cucharadita de sal. La pasta resultante la echamos en la carne, mezclándola bien y reservamos.
Picamos la cebolla muy finita. Pelamos y cortamos los tomates (sin las semillas) en cuadraditos pequeños.
Ponemos a calentar en una cacerola un fondo de aceite. Echamos la cebolla picada y la dejamos pochar un poco. Añadimos la carne y removemos para que se vaya haciendo y no se apelmace. Cuando esté suelta añadiremos el tomate. Damos un hervor, añadimos unas cuantas bolas de pimienta negra, un poco de colorante y dejamos cocinar a fuego lento durante 1 hora, removiendo de vez en cuando.
Mientras se cocina la carne, coceremos las espinacas en una olla con agua (la suficiente para que las cubra) y sal. Las dejamos cocer 15 minutos. Las colamos y reservamos (hay que escurrirlas bien).
Ahora ha llegado el momento de cocer las placas de la lasaña. Las coceremos en una olla con agua hirviendo y sal el tiempo que indique el fabricante en el paquete. Las mías estaban al dente en 7 minutos. Las colamos, las refrescamos con agua fria y las extendemos sobre un paño limpio.
Seguidamente, hacemos la bechamel. Para ello ponemos a calentar la leche en un cazo. En otra olla, calentamos la mantequilla a fuego medio-bajo y echamos la harina. Removemos para que se integren bien y cocinamos un poco. Cuando la leche vaya a romper a hervir, vamos echando a poquitos sobre la mezcla de harina y mantequilla y revolvemos con unas varillas para que no se formen grumos. Cocinamos 10 minutos y al acabar sazonamos, echamos un poco de nuez moscada molida y un pelín de pimienta negra molida. Mezclamos y reservamos.
Por último, montamos la lasaña. En una fuente apta para el horno, vamos alternado pasta, carne, pasta y espinacas. Todas las capas van regadas con una poca de bechamel para que esté más jugosa.
En la última capa echamos el resto de la bechamel y espolvoreamos con queso rallado en polvo y con un poco de la mezcla de 4 quesos. Horneamos a 190ºC, a media altura, con calor arriba y abajo durante 20 minutos. Por último, gratinamos 5 minutos a 225ºC. Y...¡lista!
El otro día pensé ¿Qué hago de cena?, y me acordé que había comprado una bolsa de espárragos trigueros congelados en el Mercadona, y me dije: " voy a hacer un revueltillo". La verdad es que es un plato muy completo, rico e ideal para cenar porque no es pesado. Vamos con la receta. Necesitaremos:
6 espárragos trigueros
Una bandeja de champiñones
150 gr. de gambas peladas
1 diente de ajo
5 huevos
Perejil
Sal
Aceite de oliva
En primer lugar, ponemos a cocer los espárragos en agua hirviendo con sal durante 5 minutos. Una vez que transcurra el tiempo, escurrimos y reservamos.
Mientras se cuecen los espárragos, lavamos los champiñones y los laminamos. Ponemos una sartén al fuego con un poquito de aceite de oliva y los salteamos con un diente de ajo en rodajitas. Damos unas vueltas y añadimos los espárragos cortados en tres trozos cada uno. Dejamos rehogar unos 4 minutos, más o menos. A continuación, añadimos las gambas y dejamos hacer 2 minutos. Sazonamos.
Por último, batimos los huevos con un poquito de sal y los añadimos a la sartén revolviendo para que cuajen con los espárragos, los champiñones y las gambas. El fuego tiene que estar muy suave porque lo que queremos es que el revuelto esté cuajado pero no seco. Espolvoreamos con perejil picado. Servimos inmediatamente.
¡Espero que os guste!
Si hay un postre típico del carnaval gallego, además de las filloas, son las orejas. Hoy os traigo la receta que se lleva haciendo en mi familia desde hace muchos años. La verdad es que salen riquísimas y la prueba es que... ¡vuelan! Cuando me di cuenta de que no había hecho la foto para subir al blog, solo quedaba una. Dan un poquito de trabajo, pero vale la pena. Yo las hago con mi madre; mientras las estiro, ella las fríe. Animaros a hacerlas y ya me contareis. Vamos allá. Necesitaremos:
Para la masa:
1/2 kg. de harina (para la mezcla inicial, al amasarla necesitaremos un poquito más)
3 huevos
1 vaso de anís
2 cucharaditas de Royal
1/2 cucharada de sal
Rayadura de un limón o de una naranja
100 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
Aceite de oliva para freirlas
Azucar glass para espolvorear por encima
Mezclamos los siguientes ingredientes en un bol grande: los huevos, la mantequilla, la sal, el anís y la ralladura de una naranja o de un limón (previamente lavado/a). A continuación añadimos la harina y la levadura. Juntamos bien todos los ingredientes.Volcamos encima de la encimera y amasamos hasta conseguir una masa lisa y que no se pegue. Para ello necesitaremos una poca más de harina, pero hay que tener cuidado de no utilizar mucha para amasarla porque las orejas pueden quedar duras. El truco es amasar, amasar y amasar.
Después de que esté bien amasada, dejamos reposar media hora en un plato y cubriéndola con un trapo limpio.
Cuando haya transcurrido la media hora, vamos cortando trozos y le damos forma de bola. Estiramos con el rodillo. Es importante que queden finas. Freímos. Al hacerlo, metemos un tenedor por un lateral de la masa estirada para que tenga forma de oreja. La ponemos sobre papel absorvente para que escurra el exceso de aceite. Cuando enfríe, espolvoreamos de azúcar glass con la ayuda de un colador para que se reparta bien y vamos colocando las orejas en una bandeja grande. ¡Deliciosas!
Hoy vengo con unas albóndigas con salsa de tomate casera. Hago hincapié en lo de "casera" porque utilizo tomates, no salsa de tomate de bote ni tomate triturado de lata...ni similares. El sabor es infinitamente mejor, no tiene punto de comparación. Merece la pena trabajar un poquito más para disfrutar de ese sabor de lo más natural. Necesitaremos:
300 gramos de carne de picada de ternera
300 gramos de carne picada de cerdo
2 huevos
2 cucharadas de pan rallado
Harina para rebozar
1 kg. de tomates de salsa
1 cebolla
Aceite de oliva
Sal
Azúcar
En primer lugar, haremos la salsa de tomate. Para ello, pelamos la cebolla y los tomates. Picamos ambos ingredientes muy menudos. Ponemos a pochar la cebolla en una olla con un fondo de aceite. Cuando esté medio pochada, echamos los tomates, una cucharada pequeña de azúcar y otra de sal. Bajamos el fuego y cocinamos a fuego lento durante 1 hora más o menos.
Mientras se cocina la salsa de tomate, hacemos las albóndigas. Mezclamos los dos tipos de carne y salamos. Les echamos dos huevos batidos y dos cucharadas de pan rallado y amasamos bien con las manos para que se integren bien los ingredientes. Dejamos reposar un rato.
A continuación, hacemos bolas con la carne y las ponemos en un plato. Las rebozamos con harina y las doramos en una sartén con aceite. Una vez que estén doradas las ponemos en una olla.
Cuando la salsa de tomate esté hecha la batimos con la batidora y la echamos encima de las albóndigas. Cocinamos a fuego lento durante 20 minutos y... ¡listas!!!!
Están bueniiiiiiiiiisimas!!!!
Acompañamos de patatas fritas.
